Catequesis en Emaús Radio

LA CORONA DE LOS ANCIANOS

Nota por: Lolu
Emaús Radio.

El área del Hospital Nacional de Seguridad Social para el Adulto Mayor en muchos países está lleno de
historias, hijos llevan a quienes en su vida adulta fueron fuertes padres a su consulta en una silla de
ruedas, algunas veces es un ahijado, amigo o sobrino quien se encarga de una persona mayor que no
tuvo familia o sus parientes están lejos, lo más triste son los múltiples casos de abuelos que llegan solos
por un estado de abandono, los abandonan sus familiares, sus amigos, sus colegas, a pesar de ello,
tienen el valor de levantarse y acudir a un centro de salud. Saben que Dios nunca los abandona.
Un anciano para la sociedad puede llegar a ser percibido como una carga, especialmente cuando
pierden facultades físicas y mentales que les quita independencia, para un cristiano ellos no pueden ser
vistos como una carga ni ser marginados. La Biblia invita a respetar a nuestros padres: “Honrar padre y
madre” es el cuarto mandamiento, estamos hablando de algo tan importante que Dios decidió que este
fuera el único mandamiento con promesa para nuestras vidas. La Biblia no pide honrar a nuestros
padres únicamente en su juventud, cuando nos son útiles y es fácil hacerlo, también requiere amarles y
cuidarles en sus momentos más difíciles cuando ya no tienen las mismas fuerzas; es en esos momentos
cuando Jesús nos pide dar más de nosotros. Que no nos pese darles atención y los recursos que
necesitan.


Dios entiende que el sustento depende muchas veces de los hijos o familiares, también que la persona
mayor puede necesitar cuidados médicos específicos, por eso, no es malo ni pecado internar a un padre
o abuelo en un asilo, lo malo es abandonarlo en ese lugar. Un noticiero de Guatemala compartió el caso
de una abuela que llegó sola al asilo transportándose en un taxi pagado por su nieta, eso no puede
hacerlo un cristiano, es algo que no lo haría Jesús con su madre María. Si los padres están siendo
cuidados en un lugar especializado, lo que un Hijo de Dios debe hacer es llamarlo frecuentemente,
proveerle lo que necesita y no dejar de visitarlo.


No es necesario que un padre o abuelo este muy anciano para atenderlo, tampoco que este en una
situación de dependencia médica, los padres requieren la comprensión y respeto de sus hijos y nietos
siempre. Recordemos darle a nuestros mayores un trato de respeto.


La Biblia indica en Proverbios 17,6: “La corona de los abuelos son sus nietos” hagamos este versículo
vida en cada uno de nuestros días. Apreciemos a nuestros abuelos como Dios lo hace, procuremos ser
comunicativos con ellos, propiciar actividades en las que puedan compartir juntos, como un dominó o
hacer un crucigrama, atrévanse a probar un sabor nuevo de helado, acomódense a su lado y
platíquenles, pídanles consejos, pregúntales si son felices, también sobre su familia, qué le gusta hacer,
vean televisión comiendo un tamal a su lado, háganles saber qué están ahí y si las palabras faltan,
solamente acompañen y tengan paciencia.


Podemos dar amor a otros ancianos que lo necesitan; visitar un asilo para compartir con las personas
que están allí es algo que Dios ve con buenos ojos, ¡estamos practicando las obras de misericordia y
reflejando el evangelio!

San Pedro apóstol, en su Primera Carta escribe a los ancianos desde su experiencia, les exhorta la
misión de guiar el rebaño de Dios, ser humildes y resistir en la fe. Los mayores tienen mucho que aportar
a este mundo.


Las razones por las que las personas llegan solas a estos consultorios son muchas, es fácil pensar que los
ancianos fueron personas desconsideras y egoístas en su edad adulta, también se suele pensar que sus
hijos son mimados y mal agradecidos o simplemente personas indiferentes. Sea cual sea la razón,
recordemos el anciano es un ser humano, es un hijo de Dios y nuestro Padre Celestial es misericordioso,
la misericordia es ser bueno con alguien que no lo merece, eso hace Dios con nosotros todos los días,
puedes tu ser misericordioso con una persona mayor. Si no nos es posible hacer esto, entreguemos a
Dios el dolor que nos produce los malos recuerdos, confiemos en Jesús y María.


El pasado 1 de mayo del año 2024, el Padre Divassi celebró 15 años de haber abierto las puertas de: “La
casa de los abuelitos, San José, Villa Emaús” con gran emoción el párroco cuenta como este hogar nace
con la idea de darle una vida plena a las personas en sus últimos años de vida. El hogar es refugio de
personas que han sido abandonadas por sus familiares. El sacerdote cuenta como el amor dado a los
abuelitos y las diversas actividades preparadas para ellos logran suavizar amarguras en sus corazones,
también expresa que no es fácil, se logra con el esfuerzo de tanta persona bondadosa enviada por Dios.
Comparto una lista de cantos sobre el tema.


Cantos Religiosos


 Madre – Espíritu de alabanza (padres)
 Noche – Hakuna (oración por los desamparados)
 Hoy quiero conocerte – Piere y Tadeo (sanación familiar)
 Mi familia – Los Ascoy (Familia)
 Juntos, siempre juntos – Luis Enrique Ascoy (Unidad familiar)
 Álbum Pescando en red – Martín Valverde, Daniel Poli y Luis Enrique Ascoy (enfoque familiar)


Cantos seculares


 Di por qué – Cri Cri
 El ropero – Cri Cri
 Los papás de mis papitos – Topo gigo
 Mi novia se está poniendo vieja – Ricardo Arjona

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