Catequesis en Emaús Radio

Nuestra conversión y la Virgen del Rosario

Por Lolu Lemus – Emaus Radio

Encender una veladora blanca con un cerillo, colocarla en una mesilla de hierro frente a una
imagen sagrada, unir las manos y elevar una plegaria a Dios; son pequeños gestos que
aumentan nuestra fe, dichas acciones se transmiten de generación en generación. Cuando
dejamos una luz frente a un altar estamos perpetuando nuestra oración, un conjunto de
veladoras encendidas en un Templo son símbolo de una iglesia viva y unida.


Octubre es un mes especial, no solo le dedicamos 30 días al apoyo de las misiones, sino
también recordamos con amor a la Virgen del Rosario promoviendo la oración que ella nos
envió a realizar. Las parroquias se organizan para ir de casa en casa rezando el Santo Rosario
con una imagen peregrina, al final comparten un tamal con café y champurrada, los une el
amor a Cristo y al prójimo, es menester seguir estos ejemplos, si no te es posible rezar en
comunidad, puedes hacerlo en casa con la familia o mientras haces alguna actividad
doméstica. No dejes pasar un momento oportuno para orar. Siempre hay tiempo para rezar
un rosario o una decena del mismo.


Repasando la aparición de la Virgen del Rosario cabe resaltar lo unida que está Nuestra Madre
con la conversión de cada uno de nosotros, cuando más alejados estamos de Jesús, viene
María con su luz a regresarnos con su hijo amado. Por esta razón el Papa Francisco la llamó:
“Estrella de la Nueva Evangelización”


Compartiendo la historia: En el año 1,208 reside en Francia un sacerdote llamado: Domingo de
Guzmán, quien intenta sin mucho éxito que los feligreses vuelvan a la Santa Iglesia Católica
tras una fuerte influencia de una secta que negaba la tradición, fue entonces cuando intervino
la Virgen Maria quien se dio prisa en socorrer a quienes trabajan para el reino, ella se apareció
al Santo y le enseñó personalmente el rezo del Santo Rosario, además de proporcionarle uno.
El rezo se transmitió con fuerza por todas las naciones logrando ablandar los corazones más
escépticos y encendiendo la fe en la intercesión de Nuestra Madre.


Como en aquellos días del Siglo Segundo, hoy se siguen haciendo muchos intentos por acercar
a las personas a la cristiandad, según datos de las Obras Misionales Pontificias, OMP, en el
Siglo 22 hay menos personas bautizadas, pero la fe de las que están practicando su religión es
más fuerte y genuino, lo cual es positivo. Se espera que ese fuerte amor a Dios trascienda y
contagie a más personas en el futuro.


Detrás de cada labor de evangelización, está María, quien se “da prisa” por socorrernos, es ella
la que lleva a los fieles a su hijo Jesús, no tengas miedo de amarla, recuerda: “donde está
María, está Jesús”. Cubrámonos con su manto, recemos el Santo Rosario, peregrinemos a un
Santuario o Templo dedicado a ella, leamos sobre su vida y sobre todo, confiemos en que ella
nos ayudará a regresar al Padre.

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